Después de muchos días, demasiados podría decir, he tenido oportunidad de volver a cocinar. Esta vez, ha sido gracias al cumpleaños de mi hermana.
Había pensado variar del chocolate ya que en mis últimos pasteles siempre entraba en juego, así que decidí innovar. ¿Qué podía hacer esta vez?
Pensé en que le gustaría a mi hermana y lo tuve claro, ¡el lila! Quería hacerle una tarta de color lila. Empecé a buscar ingredientes que pudieran teñir el pastel de ese color... y buscando lo encontré. ¡Usaría pasta de fruta de violeta! Sinceramente me pareció un ingrediente muy delicado y apropiado para ella.
Los ingredientes que utilicé para el bizcocho MSC (Madeira Sponge Cake):
- 400 gramos de mantequilla
- 400 gramos de azúcar
- 8 huevos (L)
- 450 gramos de harina con levadura
- 2 cucharaditas de pasta de fruta de violeta
En primer lugar mezclamos la mantequilla con el azúcar, batiendo hasta que quede una masa suave. Para facilitar el trabajo, caliento un poco la mantequilla, para que no esté tan dura y se pueda mezclar perfectamente.
A continuación vamos incorporando los huevos uno a uno y cuando estén bien mezclados, añadimos la pasta de violeta. Una vez todo bien unido, es el momento de añadir la harina tamizada previamente. Nos quedará una masa bastante densa.
Quería hacer una tarta de tres pisos, así que dividí la mezcla en tres partes para ponerla al horno en tres tandas. ¡Y quedó perfecta!
Ahora era el momento de que se enfriara para poder rellenarla, así que la preparé el día anterior, para asegurarme de no tener problemas.
Llegó el momento de explicaros como hice el relleno y la decoración. Los ingredientes que usé fueron:
- 1 litro de nata para montar
- 500 gramos de queso mascarpone
- 600 gramos de queso Philadelphia
- 300 gramos de azúcar glass
- pasta de fruta de violeta
Montamos la nata bien fría con una cucharada de queso Philadephia y reservamos.
Ahora mezclamos el queso mascarpone con el queso Philadelphia y el azúcar glass. Añadimos la pasta de violeta. Debe quedar todo bien unido. Una vez hecho todo esto, hay que mezclarlo suavemente con la nata.
Ha llegado el momento de montar la tarta.
En primer lugar, regamos la tarta con almíbar, para que quede bien jugosa. En este caso el almíbar lo hice sin ningún aroma, ya que ya estaba bastante aromatizada con la violeta.
Vamos poniendo bizcocho, relleno y así sucesivamente. Al final, forramos la tarta con el mismo relleno, para que cuando hagamos las rosas con la manga pastelera quede bien cubierta.
Para la cobertura de las rosas, añadí un poco más de pasta de violeta, para que cogiera más color y sabor. De esta forma el relleno sería bastante más ligero de aroma que las rosas. Ahora sólo nos queda decorar, para ello utilicé la boquilla 1M de Wilton.
Y el resultado final... ¡Voilà!